Diez meses después de llegar a principalprimera le hicimos un regalo. Esa lámpara para nosotros es mucho más que una lámpara: es el elemento que llena todo el recibidor, con su luz y su presencia. La encontramos en Dom de Avinyó, donde ahora está American Apparel, y escogimos el tamaño más grande.
Los sillones llegaron más tarde, desde Ikea. Antes que ellos el lugar lo ocupaba un silloncito de piel de color crudo con un reposapiés a conjunto. Y el espejo, otro inquilino de Ikea.
Entre la lámpara y el color de la pintura ya tenemos un espacio lleno, bastante alejado de los recibidores convencionales, pero las dimensiones de la estancia de hecho ya se alejan bastante de cualquier convencionalidad.
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