Entre Bandol y La Ciotat encontramos esta antigua casa ahora transformada en un loft de 250 m2 por la agencia MOA y los arquitectos Julien Monfort y Laure Pantel.
Vivir cerca de la naturaleza. Este loft se rodea de un exuberante jardín, del no menos exuberante azul del mar Mediterráneo y de la frescura del viento de mistral. La vieja casa provenzal se renueva para seguir el curso del sol, para despertarse con los primeros rayos del este y dormir con los últimos del oeste.
La vivienda dispone de seis habitaciones en la primera planta, un gran salón que incluye sala de estar, cocina y comedor. Pero el mejor secreto se esconde arriba: una gran piscina rebosante de agua de mar que en el horizonte se confunde con el Mediterráneo. Continuidad. Para disfrutar de ello nada más que un sillón y una mesa de Casa Honoré.
La antigua estructura de la planta baja contrasta con el pavimento de cemento coloreado en caqui. El ventanal sobre la bahía, formado por una sola hoja de vidrio que se desliza por perfiles metálicos, se abre al mar y las copas de los árboles. Al otro lado del cristal la sala principal, de diseño sobrio, sencillo y elegante.
En la terraza el sol y sillones Diamond de Harry Bertoia para Knoll y AA de Airborne. Espacio cubierto para aportar sombra y frescura.
La cocina ha sido un encargo a medida para Binova. La encimera, una pieza de granito negro de grandes dimensiones, proporciona un amplio espacio de trabajo a la vez que aporta continuidad y amplitud a la sala.
En el dormitorio principal se sigue la misma línea que en el resto de la vivienda. Decoración sin artificios, con piezas seleccionadas. Una cómoda blanca diseñada por el equipo de arquitectos más una lámpara roja y ropa de cama aportando el toque de color. Completa el conjunto una silla Diamond.
Finalmente, haciendo honor al sol de la Provenza, la ducha que es una explosión de amarillo entre el blanco de las paredes. Realizada en resina de poliéster de una sola pieza y acompañada por una silla de Arne Jacobsen.
Photos: Marie Claire Maison, Julien Monfort i Laure Pantel.
Los electrodomésticos se han integrado en la pared. El suelo de hormigón pulido con toques de rojo, el vidrio esmerilado y los frentes de los armarios de acero inoxidable confieren al conjunto un cierto estilo industrial a la vez que sofisticado.
Las vistas desde la sala de estar son impresionantes. Como suspendida en el aire, se situa a la altura de las copas de los árboles en el jardín. Sin más elementos adicionales la apertura de la naturaleza es más que suficiente para llenar el espacio.
La gran mesa de madera rodeada de sillas Tulip de Eero Saarienen para Knoll, mantiene la consonancia con los tonos naturales de la casa, rotos en alguna ocasión por una explosión cromática momentánea. Para el pavimento el propietario optó de nuevo por el hormigón, una materia fácil de trabajar complementada con una pátina brillante que evoca el suelo rocoso del entorno.
La gran mesa de madera rodeada de sillas Tulip de Eero Saarienen para Knoll, mantiene la consonancia con los tonos naturales de la casa, rotos en alguna ocasión por una explosión cromática momentánea. Para el pavimento el propietario optó de nuevo por el hormigón, una materia fácil de trabajar complementada con una pátina brillante que evoca el suelo rocoso del entorno.
En las habitaciones impera la sencillez que inspira serenidad y relax, perfecta para descansar. Las alargadas y estrechas ventanas más la ropa de cama blanca pura intensifican esta sencillez. Al lado, el cuarto de baño verde, monástico, intensificado por la luz y la sombra, que se cierra a la habitación mediante una puerta corredera.
En el dormitorio principal se sigue la misma línea que en el resto de la vivienda. Decoración sin artificios, con piezas seleccionadas. Una cómoda blanca diseñada por el equipo de arquitectos más una lámpara roja y ropa de cama aportando el toque de color. Completa el conjunto una silla Diamond.
Finalmente, haciendo honor al sol de la Provenza, la ducha que es una explosión de amarillo entre el blanco de las paredes. Realizada en resina de poliéster de una sola pieza y acompañada por una silla de Arne Jacobsen.
Photos: Marie Claire Maison, Julien Monfort i Laure Pantel.
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